
Desentrenamiento físico en tiempos de pandemia…
La perdida de la condición física como respuesta al desentrenamiento físico se considera para algunos autores como el cese total o el cese parcial del ejercicio físico (Mujika & Padilla, 2000), el fin de varios reportes científicos de procesos de desentrenamiento, fue determinar la disminución porcentual o cualitativas de variables fisiológicas para el correcto reintegro deportivo, generalmente asociado a alguna lesión deportiva. Sin embargo, hoy en día ha retomado otra visión, con la consideración de un cese del entrenamiento por el confinamiento mundial tras la aparición de SARS-COVID19. Desde este punto de vista se ha planteado que el confinamiento podría estar ocasionando problemáticas en el ritmo circadiano de las personas y/o deportistas (ver figura Nº1), lo cual está llevando a un desmedro de la condición física, más específicamente una reducción en la síntesis de proteínas, mayor resistencia a la insulina, menor control glicémico, por lo tanto, una ganancia de peso corporal en cuanto al aumento de la ingesta alimenticia (King et al., 2020).
Fig. Nº1- Patrón de ciclos metabólicos interrumpidos por confinamientos prolongados, por el COVID-19 – King A. et al, 2020, SM
En consecuencia, se plantea el desafío de mantener la salud metabólica de las personas. Entendiendo al entrenamiento físico como una herramienta clave para dicho fin, más específicamente se proponen metodologías de entrenamiento de la resistencia de alta intensidad de forma intervalado (HIT) como herramienta fundamental para la mantención de la salud metabólica (ver figura Nº2) en complementación de recomendaciones nutricionales para un optimo resultado.
Fig. Nº2- Recomendaciones de entrenamiento y de nutrición en confinamientos prolongados, por el COVID-19 – King A. et al, 2020, SM
El entrenamiento de alta intensidad y de forma intervalado ha sido presentado como una forma de tratamiento muy efectivo tras diferentes fisiopatologías, Spriet & Howlett, 1999 reportan que el entrenamiento físico en general genera modificaciones musculares metabólicas altamente asociadas al potencial aumento de enfermedades metabólicas tras la pandemia. Tanto como el reservorio de triglicéridos, niveles de ácidos grasos no esterificados en sangro (FFA) y glucógeno muscular pueden ser utilizados durante el ejercicio físico en sus formas aeróbicas y anaeróbicas (ver figura Nº3)
Fig. Nº3 – Metabolismo muscular: ¿Efectos del entrenamiento?
Volviendo a la discusión sobre el efecto del desentrenamiento, Mujika & Padilla, 2020, determinan efectos del sistema cardiovascular, respiratorio, metabólico y muscular. Dichos sistemas comienzan a perder su entrenabilidad a partir de 4 semanas de cese del entrenamiento. Es importante destacar que en personas entrenadas se reportan disminuciones más prolongadas, es decir, es necesario mayor cantidad de tiempo para percibirlas (> 4 semanas), mientras que en personas desentrenadas parece ser que < 3 semanas las consecuencias de la falta de movimiento, sobre todo a nivel de atrofia muscular y perdida de almacenaje de glucógeno, se comienzan a evidenciar.
McArdle W. et al. 2010 proponen porcentajes de disminución tras desentrenamiento de largo plazo (> 4 semanas) y se logra evidenciar que la disminución es importante y sobre todo más significativa en la disminución de la síntesis de glucógeno muscular, concentración de ATP en músculo y VO2 máximo (ver tabla Nº1)
Tabla Nº1 – Cambios en función metabólica tras diferentes duraciones de desentrenamiento físico – McArdle W. et. al. 2010
La incorporación del ejercicio físico, actividad física en el ser humano es y debe ser un factor determinante para los gobiernos de turnos y obviamente para la misma población. Comprender que uno de los mejores tratamientos NO farmacológico es el ejercicio físico, que puede tener resultados significativos para la calidad de vida es muy necesario, más aún, en la situación actual del país.